Las variables de la economía y las medidas de gobierno son analizadas por uno de los industriales más importantes de la provincia, que describe un presente complicado, pero anticipa un 2017 auspicioso. Se queja porque el interior está castigado y pide una visión distinta en materia de infraestructura. Habla de Bordet, Urribarri, Busti y de su paso por el massismo.
Héctor Motta recibe a EL DIARIO en sus oficinas de Estación Racedo, pero está con la cabeza en Beijing. Es que tres gerentes de su empresa se encuentran en China participando de la misión comercial encabezada por el gobernador Gustavo Bordet pero, a la vez, buscando cerrar negocios por su cuenta para ubicar la producción que desde hace semanas está almacenada en cámaras propias y de terceros, en las provincias de Santa Fe y Buenos Aires.
“Son productos terminados, listos para la exportación, que no podemos colocar porque no encontramos una vinculación de precios. Es dinero inmovilizado”, explica Motta y señala a 2015 como el año en el que se profundizó la pérdida de competitividad del sector, producto del atraso cambiario. “La devaluación que implementó el nuevo gobierno es un paliativo, pero no alcanzó para recomponer la rentabilidad que necesitamos para estar agresivamente en el mercado internacional”, precisa.
Hace 20 años que el grupo Motta exporta sus productos. Hubo tiempos en los que entre 60 y 80 contenedores partían desde Racedo a distintos países del mundo. La caída fue tan abrupta que se llegó a despachar el 10 por ciento de esa mercadería. En lo que va de este año, ejecutivos de la empresa viajaron en busca de negocios a los Emiratos Árabes, a países del este de África y a Estados Unidos, pero no alcanzó. Para colmo este mes tenían previsto participar de la Feria Internacional Avícola 2016, ámbito en el que se desarrollaría el 75º encuentro de la firma con sus clientes, pero el lugar era el complejo Costa Salguero, donde se realizó la fiesta electrónica en la que murieron cinco jóvenes, y hubo que posponer todo para agosto.
-¿Cómo evalúa las medidas del gobierno nacional un empresario del que dependen 600 trabajadores?
-Se tomaron medidas correctivas muy duras en este primer semestre y, cuando esperábamos que la inflación fuera derrotada, está pasando todo lo contrario: fue fogoneada por las medidas que hubo que tomar. Respecto al dólar, había que hacer modificaciones, ya que estábamos con un atraso muy marcado que hizo que no pudiéramos exportar casi nada. Y se hicieron. También había que hacer cambios respecto al campo y las retenciones. Y se hicieron. Acerca de la quita de subsidios a los servicios, apareció el realismo económico: no sabíamos el valor de las tarifas, habíamos perdido la visión.
-¿Grupo Motta está invirtiendo y tomando gente?
-Estamos terminando de inaugurar una planta orientada a recuperar lo que no se ocupa en el ciclo productivo y reindustrializarlo. Esta planta recién está comenzando a funcionar y requerirá cubrir puestos de trabajo en la medida en que podamos colocar los productos. Hemos tomado gente en 2015, aunque no en la cantidad deseada, y también hubo algunas incorporaciones en 2016.
-¿Se piensa en despidos?
-No. Tenemos el concepto de familia muy arraigado y esto incluye a nuestros trabajadores. Nos ha dolido muchísimo cuando hemos dejado a alguien afuera, pero siempre ha sido porque no cumplía con sus obligaciones o había abusos o incumplimientos. No es el personal una variable de ajuste en nuestra empresa.
-¿Qué opina de la ley antidespidos?
-La CGT hace muy bien en buscar una protección, pero es el camino equivocado. Prohibiendo los despidos se mete miedo en el empresariado. Bajo ningún aspecto se favorece una mayor toma de empleo, que es lo que hay que fomentar. Lo que hay que perseguir es el empleo precarizado. Ahí tiene que trabajar la CGT.
-¿Los afecta la caída en el consumo?
-Se nota. Además, coincide con una sobreoferta derivada de la caída de las exportaciones. Nosotros producimos huevos y pollo, que son dos de los productos más baratos de la canasta, y no somos generadores de inflación, aunque sí necesitamos reacomodar precios, debido a la quita de retenciones, al incremento del 280 por ciento en nuestros costos de energía y a la suba en los combustibles. Antes estábamos contentos de mandar nuestra producción a Salta, Mendoza, Chubut. Ahora lo hacemos sufriendo. Y encima las rutas no están en condiciones.
-¿Qué medidas que no se han tomado considera necesarias?
-Hay que curar la inflación y recomponer la competitividad, lo que puede hacerse con una nueva devaluación, que ojalá no haga falta, o mediante una disminución real de los costos internos alivianando el sistema impositivo.
-Pese al complicado presente, ¿tiene buenas perspectivas?
-Este es un primer semestre durísimo y el segundo será duro. Dulce de leche y frutilla no va a haber este año. Esperemos que llegue en 2017 si las cosas resultan, que espero que así sea.
PERFIL. -Héctor Motta nació en 1944 en Crespo.
-Su primer trabajo fue de niño en su ciudad natal, en el hotel Diana, propiedad de su madre de origen suizo alemán y su padre descendiente de italianos. Llevaba en carretilla los huevos de las 200 ponedoras que criaba su madre para abastecer al hotel.
-Por su destreza en la contabilidad, siendo estudiante secundario trabajó en el estudio de un amigo de la familia, José Folmer, en tiempos en que esa hoy tradicional firma comenzó con la venta de maquinaria agrícola.
-Se graduó en Dirección y Administración de Empresas y fue docente de Contabilidad durante 17 años en el colegio secundario de su pueblo. “Era duro, igual que en la empresa e igual que con mis hijos”, confía.
-En 1965, a los 21 años, entró a trabajar en una empresa dedicada a la avicultura y luego fundó su propio emporio. Antes de 1970 tenía 37 empleados. Hoy tiene 1.000 clientes, 600 empleados y le gusta destacar que están “todos en blanco”.
-Grupo Motta compite cada día en el mercado interno con 300 empresas que venden huevos y con 70 que venden pollo. “Es imposible ponernos de acuerdo. De lo que se trata es de ganar espacio a los codazos”, grafica.
-Lo enorgullece el éxito del Instituto Tecnológico Universitario (ITU) que impulsó en el seno de la Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader) para formar técnicos en producción avícola en Crespo “En mi empresa hay gerentes graduados allí. Hay otros en Tecnovo, en Santa Isabel y en distintos lugares del país desde donde me han pedido gente. Es un semillero extraordinario”, resume.
-Es católico, “de rezo permanente”. Para asegurarse un buen vuelo, reza en los aviones. Al próximo lo tomará en los próximos días para recibir una distinción en Montecarlo (Mónaco).
El exterior y el interior
Explica Motta que parte de las dificultades que atraviesa el sector en términos de competitividad se deben a cuestiones externas. “Se achicó la demanda mundial porque los precios de los commodities bajaron entre el 40 y el 50 por ciento, igual que el petróleo y la extracción de minerales. Estas variables hacen que la economía del mundo gire, entonces estamos ante una menor cantidad de dinero circulante en el mundo y cae la demanda”, señala.
Respecto al interior del país, asegura que “sigue estando castigado”. Más todavía lo que define como “el interior del interior, que es donde estamos nosotros, y resulta que hace muchos años, sin saberlo, veníamos subvencionando los servicios de Buenos Aires, mientras hablábamos de federalismo”, cuestiona.
Sostiene Motta que “el retraso persiste y hay que retomar las banderas reales del federalismo para que se pueda seguir produciendo en el interior”. Luego, cuenta: “Le escribí una carta a Néstor Kirchner cuando asumió la Presidencia en la que le marqué este retraso y le planteé la necesidad de una reparación histórica. El ex gobernador Sergio Urribarri hizo suyas estas banderas pero, si bien aparecieron algunas obras en escuelas y caminos, estamos muy lejos de ser la Entre Ríos que queremos y necesitamos para pensar en un futuro de progreso”, evalúa.
-¿Qué obras hacen falta?
-Caminos estratégicos, un puerto de bandera y un sistema de puertos, ferrocarriles para cargas, no para turismo o paseo. En general, hace falta una mejor visión en materia de infraestructura. La autovía 14 es una gran mentira para los entrerrianos, ya que en realidad es una autopista de paso entre Brasil y Capital Federal. No es que une dos ciudades nuestras. Respecto a la transformación de la ruta 18, deberíamos haber discutido un poco más si era esa la obra que necesitábamos. Quizás era más importante una autovía en la ruta 12 que une Paraná con Concepción del Uruguay o en la ruta 6, entre La Paz y Brazo Largo. Es una mirada de la provincia en relación a su sistema productivo.
-¿Lo ve a Gustavo Bordet con posibilidades de hacer estas cosas?
-El Gobernador se encontró con la precariedad de una caja vacía. Lo digo en su defensa porque él no lo dice para no llevar intranquilidad a la gente y no generar confrontaciones. La provincia ya venía siendo dependiente del gobierno central en la etapa anterior y ahora lo es mucho más. Necesitamos que Macri atienda la postergación de Entre Ríos, que ha sido trágica. Bordet ha dado los mejores pasos en cuanto a la vinculación con el gobierno nacional y el acercamiento con el gabinete.
-¿Qué registro tiene de su paso por la función pública como secretario de la Producción en el inicio de la gestión de Urribarri?
-Me fui abruptamente luego de disentir con el gobernador respecto al conflicto con el campo por las retenciones. Recuerdo los momentos de zozobra personal que pasé en los cortes de ruta, donde nos llovían insultos. Las dos manifestaciones más grandes que hubo en la historia de Crespo, ciudad en la que nací y viví toda mi vida, fueron en mi contra en la puerta de mi casa. Y no tuve la ayuda ni el apoyo de nadie del gobierno. No me enfrenté con el entonces Gobernador, sino que presenté mi renuncia. Él luego decidió ignorar que Héctor Motta vivía en la provincia de Entre Ríos y jamás se me permitió participar en nada. Pero asumo los costos por haber decidido ser parte del gobierno. Y por eso valoro la visita de Bordet a Grupo Motta a siete días de haber asumido. Fue un acto de reparación hacia mi persona y hacia nuestra empresa.
Fuente: El Diario