La pandemia de COVID-19 dinamitó los canales de abastecimiento a nivel global y esa es una oportunidad para Argentina, señaló este jueves Mariano Mastrángelo en una charla virtual organizada por entidades empresarias de Entre Ríos que buscan promover las exportaciones de la provincia. La crisis provocada por la pandemia redujo el comercio internacional, explicó el especialista en comercio exterior, pero no la paralizó del todo y el mercado ya se encuentra en recuperación. El director de la consultora Regiones y Negocios subrayó que Argentina necesita exportar por 100.000 dólares al año para tener un proceso de desarrollo sostenido.
Mastrángelo aconsejó a los empresarios entrerrianos que participaron de la charla que apuesten por las exportaciones para diversificar el riesgo. En determinados momentos es más negocio el mercado interno que la exportación, pero cuando la economía del país entra en crisis, los mercados internacionales compensan, explicó el consultor.
La charla del especialista se basó en ejemplos concretos para desmontar algunos mitos del proceso exportador. “El comercio internacional es muy sencillo, el desafío es dar con los canales”, afirmó Mastrángelo. La relación entre precio y calidad es importante, pero no es lo único que pesa a la hora de exportar. ¿Es necesario un producto muy bueno o muy barato para exportar? “Es relativo: depende del canal de venta”, explicó el consultor. Y puso como ejemplo el caso de un fabricante de lápices de El Salvador, cuyo producto no se destacaba por la calidad y era más caro que uno similar fabricado en China, pero la empresa tenía una fuerte política de responsabilidad social. La clave del éxito para la compañía salvadoreña fue encontrar un importador de EEUU enfocado en clientes que valoran la responsabilidad social empresaria. “En el 80% de los casos, las empresas exportan hacia un importador”, destacó Mastrángelo.
Otro aspecto a tener en cuenta es el ajuste de la oferta al país de destino “La globalización generó algo de estandarización, pero existen hábitos de consumo distintos en cada país”, remarcó. Solo el 20% de los productos que Argentina exporta se venden tal cual se consumen en el mercado doméstico, precisó Mastrángelo, mientras que el 60% sufre algún tipo de modificación para adaptarlo al mercado de destino y un 20% es solo de exportación. El consultor señaló que por ese motivo el comercio internacional está fuertemente relacionado con los lazos culturales: es más fácil vender en aquellos países donde los hábitos de consumo son similares. Las puertas de entrada de los productos argentinos a Europa son Italia y España, planteó a modo de ejemplo.
Mastrángelo recomendó que las empresas que quieran comenzar a exportar se enfoquen en un solo mercado. ¿Cómo definirlo? Con base en cinco criterios: los flujos de comercio existentes, los acuerdos comerciales, la proximidad geográfica, los lazos culturales y las exigencias comerciales.
Si Argentina no exporta hacia un país, sostuvo Mastrángelo, hay que analizar si es realmente una oportunidad o hay razones que explican la inexistencia de vínculos comerciales. Una ventaja que tiene Argentina, según el especialista, es la diversidad geográfica de sus exportaciones: “En muchos destinos existen productos argentinos”. Para los que recién comienzan, siempre es mejor la opción de ir hacia un mercado que ya compra los productos argentinos. “Alguien ya hizo de punta de lanza y hay que aprovecharlo”, remarcó. También recomendó que los primeros pasos se den en mercados menos exigentes para ganar experiencia. EEUU, Francia o Alemania son países con estándares muy altos y puede ser difícil insertarse.