La provincia de Entre Ríos logró equilibrar sus cuentas públicas en el primer semestre del año, a partir de un incremento de la presión tributaria, la reducción de la inversión en obra pública y del ingreso de mayores transferencias del gobierno nacional.
El sector público provincial expone un mejoramiento en su resultado fiscal, presentando un informe semestral de Ejecución Presupuestaria equilibrado. Basado en un importante crecimiento de la coparticipación nacional y la recaudación impositiva de Entre Ríos, en particular, el impuesto a los Ingresos Brutos, que impacta sobre la presión tributaria al sector privado, sumado a una reducción persistente en el volumen de recursos destinados a la obra pública provincial.
El gasto público sigue creciendo a valores constantes, de la mano de los conceptos rígidos como los salarios, la seguridad social de los empleados públicos y el pago de intereses de deuda (el cual mantiene su tendencia creciente por la magnitud, la composición y la devaluación del peso).
Mientras tanto el sector privado provincial sufre el impacto de factores externos incontrolables, como los climáticos, la inflación, la inestabilidad cambiaria, y los sobrecostos que imponen marcos regulatorios, procedimientos y normas que no incentivan la productividad de los recursos.
Frente a este contexto, preocupa al sector empresario entrerriano la baja en las variables que reflejan la evolución de la actividad económica, en particular el declive constante en la participación relativa nacional en indicadores que marcan la dinámica macro.
Este estancamiento esta impactado en la coyuntura por una permanentemente mejora de la posición fiscal del gobierno, con mayor recaudación, disminución de la prestación de servicios y una baja inversión pública en términos relativos, sosteniendo un volumen de gasto inelástico, lo que dificulta la capacidad de generar riqueza en la provincia.
Este escenario no incentiva la inversión privada en la provincia, lo que lleva a una disminución en el stock de empresas. Con lo cual, el empleo asalariado privado se mantendrá estancado, con menor poder adquisitivo de las familias y menor generación de riqueza provincial.
De no revertirse esta situación en el mediano plazo, provocará un agravamiento del desequilibrio entre contribuyentes y beneficiarios.
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